EL CAÑONAZO DE AÑO NUEVO

EL AÑO NUEVO Y LA NOCHEVIEJA EN VENEZUELA
Plaza Bolívar de Caracas en 1940 con adornos navideños de la época para esperar la hora del Cañonazo desde la Planicie
La Nochevieja, como es llamada en España, es la noche del último día del año que termina o la víspera del primer día del Año que comienza o simplemente Año Nuevo, en algunos países de tradición hispánica o  hispanoparlantes, es la última noche del año en el calendario gregoriano, comprendido del 31 de diciembre hasta el 1 de enero (día de Año Nuevo). Que data desde que se cambió al calendario Gregoriano en el año 1582, y que suele celebrarse esta festividad, aunque ha ido evolucionando en sus costumbres y supersticiones. A veces el cambio de año era acogido con temor y acritud, pero desde principios del siglo XIX, la Nochevieja se suele celebrar con unos rituales alegres, curiosos y hasta cómico.
 Son innumerables las leyendas, juegos, tradicionales y las supersticiones con que se manifiestan las personas por todo el mundo en relación a esta noche celebrada en todos los países. La música, los juegos y los fuegos artificiales que acompañan estas fiestas y las reuniones sociales que forma parte común que se lleva a cabo en esta celebraciones.
Al igual que realizar diversos rituales que hacen algunos creyentes para que el año que viene sea bueno o mejor que el pasado o sea positivo en todos sus aspectos.
Hallacas, Pan de Jamón, ensalada de gallina y Pernil el plato típico navideño de venezolana.
 En Venezuela existe un extenso menú de eventos de carácter tradicional con las que se identifica y distingue el pueblo venezolano para celebrar esta fiesta universal, unas creadas en nuestro territorio y otras adoptadas de otras culturas, tales como: comerse “Las Doce Uvas del Tiempo”, un racimo del fruto del viñedo, repartidas en sendos minutos de la noche antes del año nuevo, para meditar sobre cómo fue cada mes de año que termina, título del poema de “Andrés Eloy Blanco”, que reseña este preciso momento vivido por un venezolano, exiliado en un país extraño donde las costumbres de celebrar la nochevieja, son diferente a las nuestras. Igualmente, a manera de jerga se conserva la tradición de usar prendas a estrenar
Este producto es de alto consumo en año nuevo.
con
ropa interior de color rojo para atraer la buena suerte y amarilla en los años bisiesto, sostener varias moneda o billetes en la mano para la que permanezca la abundancia en el año que se aproxima, así como también salir a la puerta de la casa o a pasear por la urbanización donde se reside, con una maleta en la mano para augurar buenos viajes durante el año nuevo. Todos estos actos que están entre los juegos y las creencias folclóricas, se realizan durante el transcurso de las doce campanadas que a su vez, se suelen escuchar en programas de radio y televisión que siguen el simpático juego en programas especiales, escuchados a todo volumen, justo antes del estruendo del "El Cañonazo", representado por los miles de cohetes y luces de bengala que explotan justo en ese instante, para anunciar que ya son las Doce de la noche en Punto y que se empiezan a contar los primeros segundos del año nuevo al compás de las gloriosas notas de nuestro himno nacional a todo volumen para estrecharse en el solemne abrazo de Feliz Año y solicitarle la bendición a los padres, abuelos y a los adultos más viejos de la familia, a los parientes, parroquianos, vecinos y amigos más cercanos. Al igual que se oyen las típicas canciones "El Año Viejo" de Crescencio Salcedo y popularizado por Tony Camargo en 1953, "Faltan cinco pa'las Doce" original de Oswaldo Oropeza y cantada por Néstor Zavarce desde1963 y "Año Nuevo", vida nueva interpretada por “La Billo's Caracas Boys”, la Big Bamd más famosa de Venezuela y las gaitas “Son Mis Deseos” de “Cardenales del Éxito” y "Amigo" cantada por Betulio Medina, impuestas por la reina del día como lo es la radio, que ese día retoma la importancia y supremacía de su época de oro en la década de la década de los años 60 cuando aparecieron estos iconos musicales de nuestra navidad y que aun en nuestros días perduran como entonces. Un brindis con sidra o champaña no puede faltar y algunos, con un anillo de oro dentro de la copa. También está la cena familiar en una mesa hermosamente decorada y repleta de alimentos, donde no puede faltar la simbólica sopa de lentejas un icono de la humildad para que nunca falten los alimentos en la mesa familiar, las reconocidas hallacas, ensalada de gallina, el pernil y el rico pan de jamón, entre otras, posterior a la cena y los brindis en el banquete de inicio del año nuevo, los niños y los más adultos se retiran al descanso pero los más jóvenes salen a desear el "feliz año" a los amigos y vecinos en convites amistosos mientras que otros organizan giras para ver los espectáculos artísticos con orquestas y conjuntos en vivo, ofrecidos por salones de baile y discotecas en la ciudad prolongando la celebración hasta la salida de los primeros rayos del sol del primer día del año.
Imagen de La Plaza Bolívar en 1940 esperando "La Hora del Cañonazo" desde La Planicie.
 EL CAÑAZO A LAS DOCE DE LA NOCHE
Esta es un costumbre que se ha transmitido de generación en generación en memoria de una práctica que se tenía en la ciudad de Caracas en tiempos recientemente remotos, para despedir la noche vieja y recibir el año nuevo en la Plaza Bolívar de la ciudad, esta tradición data de comienzos del siglo pasado, cuando hasta los Presidentes de la república asistían al evento con sus familias a compartir con sus conciudadanos sin mayores dificultades. Lamentablemente ésta costumbre se fue perdiendo a medida que la ciudad se  hizo cosmopolita y todos los problemas de una gran urbe nos fueron arrinconando en los enrejados de nuestras propias casa, transformando la tradición a una simple referencia de carácter representativo para las nuevas generaciones. La costumbre data aproximadamente desde 1910 cuando para avisar la llegada del año nuevo se empleaba un estruendoso cañonazo, que se lanzaba desde La sede de la antigua Escuela Militar de Venezuela, situada en el cerro de La Planicie de Cagigal y que para entonces ese estruendoso cañonazo retumbaba en todo el valle de la ciudad capital. La bucólica estampa referida en cientos de canciones y aguinaldos navideños venezolanos, fueron difundiendo el termino que concluyó acuñando la afirmación de que las doce de la nochevieja en Venezuela es llamada "La hora del Cañonazo", ¡haciendo eco a los coros de ciento de aguinaldos tradicionales y canciones que recuerdan lo apoteósico que fue éste evento para los parroquianos caraqueños de esa época! El estruendo de la explosión simultánea de miles de cohetes y luces de bengalas, escuchar el himno nacional de Venezuela a todo volumen en las radioemisoras de todo país el 31 de diciembre a las Doce de La Nochevieja en Punto, sólo es cosa de los venezolanos; jamás lo he visto algo igual en otras partes del mundo.
El espectaculo de luz y color de los fuego artificiales es la representación moderna del Cañonazo del pasado.
Estas costumbres se han modificado un tanto con el correr de los años. Y actualmente se estila reunirse en lugares donde se aprecie el horizonte de las ciudades o subir a colinas o elevaciones de terreno que se convierta en completos miradores, desde donde se divisa toda la ciudad, para apreciar el hermoso espectáculo de las luces multicolor que brindan los fuegos artificiales, vistos desde lo lejos o de pueblos cercanos a las ciudades grandes...El cañón que anteriormente avisaba la llegada del nuevo año ya no se escucha como antes por los estruendosos y el ruidos de: los cohetes, cohetones, luces de bengala, triquitraquis y tumbaranchos,  que ahora acostumbran a usar los vecinos para participar en el evento. Amén de los ladridos de los canes asustados por el bullicio, las cornetas de los barcos anclados en el puerto cercano, las alarmas de vehículos y edificios que se activan automáticamente para complementar la gran fiesta. Hoy en día son otros cañonazos los que se escuchan desde el mismo cerro y se confunden con los sonidos de los petardos reales, convertidos en auténticos santuario de peregrinación sediciosa que desluce la festividad… Lamentablemente producto de la inseguridad reinante y el caldeado clima político que no nos permite fraternizar como sería deseable y abrazar a todos nuestros vecinos en esos sitios públicos. Así, la usanza de recibir el año en la plaza Bolívar ·por los motivos antes señalados· se ha sectorizado y en algunas Alcaldías de las grandes ciudades, donde los Alcaldes van con sus familias a la plazas de su jurisdicción a recibir el año de forma colectiva, como en otras capitales del mundo donde se presentan shows y espectáculos con orquestas, musica y artistas de fama.
El abrazo de Feliz Año, una costumbre muy venezolana que representa el espíritu de solidaridad de su pueblo.
Lo que si mantenemos invariable es el espíritu festivo, la jocosidad y buen humor, la solidaridad en la ruidosa bienvenida del año nuevo: con un cielo totalmente iluminado de fuegos artificiales que los venezolanos lanzamos y el bullicio festivo en nuestras casas y que  inundan de alegría toda la ciudad, emulando el estruendo de aquel recordado CAÑONAZO DESDE LA PLANICIE..

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