LA AUTÉNTICA HISTORIA DE SANTA CLAUS MITOS Y LEYENDAS

La Leyenda de Santa Claus se extendió por todo el mundo desde 1943


Muchos le habíamos atribuido a Coca-Cola la creación del Santa Claus moderno.
Pero la realidad es otra, y es que, para conocer el aspecto de Santa Claus  hay que remontarse casi cien años antes de que Coca-Cola la utilizara como su imagen ancla en sus cuñas comerciales de navidad. Muchas de las tradiciones navideñas tal y como las conocemos ahora en el mundo y por supuesto el aspecto y comportamiento del Santa Claus,de hoy se lo debemos a dos Neoyorquinos del siglo diecinueve.
Clement Clarke Moore, quien era un profesor de filosofía clásica y mitología griega de la Ciudad de Nueva York, y quien tubo una genial idea que cambiaría para siempre la imagen la navidad. En 1837 escribió un poema que título ·La Visita de San Nicolás·· y que crearía la visión norteamericana moderna de la Navidad. Para ello resumió y adaptó varias tradiciones navideñas que se practicaban en los Estados Unidos a principio del siglo diecinueve. Pero sobre todo, se inspiró en estas dos figuras:
San Nicolás. Un obispo del siglo cuarto que era conocido por dar presentes y que los dejaba en medias.
Y el segundo era Sinterklass. La versión holandesa de San Nicolás, pero que se había fusionado con los atributos de Odin.

Antes que se popularizara, San Nicolás tenía diversas formas. Algunas veces llegaba en un barco, a caballo o en trineo. Aunque una de las omisiones más acertadas de Moore, fue dejar fuera al compañero de San Nicolás, Krampus, un personaje oscuro, como un demonio de castigaba a los niños malos.
Pero el San Nicolás que Clement Moore quería, tenía que representar solo bondad. Le puso un típico traje de pieles americano, y no era ya un religioso, si no un enano alegre con ojos cándidos. Llevaba a cuestas un saco de juguetes para los niños de la casa y le dio también un trineo tirado por renos.
El poema y la nueva forma de entender la Navidad, encantó a los estadounidenses, porque creó una Navidad que no era ni pagana ni religiosa, si no centrada en la familia.
Aunque ya se estaba convirtiendo en un icono, no estaba tan completo como el que conocemos hoy en día. La versión moderna se la debemos a otro neoyorquino. El ilustrador Thomas Nast, (Que por cierto, es uno de los ilustradores favoritos de nuestra oficina) quien modificó el Santa de Moore, y le dio el aspecto que conocemos hoy en día.
En 1862 la revista Harper's Weekly quería elevar la moral de los soldados de la Unión durante la Guerra Civil Americana, así que en Navidad quería hacerles llegar unos mensajes entrañables y contrató a Thomas Nast, que decidió transformar el enano alegre de Moore en alguien alto y grande, porque así era la imagen de alguien rico durante la época victoriana

Nast lo reinventan cada año. A las características ya conocidas, le fue añadiendo su casa en el Polo Norte, la fábrica de juguetes, los elfos trabajando en ella. Recibía las cartas de los niños y llevaba una lista con los que se habían portado bien o mal. Y sobre todo su traje rojo

Este Icono, no tardó en convertirse en reclamo comercial. Desde mediados del siglo diecinueve ya que se vendían papel de regalo, decoraciones, postales y especialmente juguetes por navidad. Pero en cuanto San Nicolás, la primera vez que una tienda utilizó a Santa para vender productos fue en la década de 1860. y fueron los almacenes Macy & CO, los que lanzron el primer anuncio impreso: 
  Tras el parón de la Guerra Civil Americana (1861 - 1865), muchas empresas utilizaron a Santa para vender. Así que era cuestión de tiempo que Coca-cola se fijará en él. Para que eso ocurriera primero tuvo que nacer y luego crecer. Pero saltemos a la década de 1920. Coca- cola ya es una empresa asentada y en proceso de expansión, que había rescatado los diseños de Thomas Nast casi de forma estricta. 
Estos anuncios cada vez iban siendo más populares, por eso en la década de los años 30, Coca-cola contrató al ilustrador Fred Mizen, para que siguiera el trabajo con el estilo de Thomas, creando en 1930, mi ilustración favorita de Coca-cola de todos los tiempos.
Durante la década de los 30, Coca-cola fue ayudando a formar la imagen de Santa Claus. Comenzó colocando anuncios en revistas populares. La campaña fue encargada a la agencia de Publicidad D'Arcy, la cual trabajaba con un Ilustrador llamado Haddon Sundblom, que tenía que desarrollar un Santa Claus saludable, realista y simbólico, nuevamente volvieron a fijarse en los diseños de Thomas Nast.
Las pinturas al óleo originales de Sundblom fueron adaptadas para la publicidad de Coca-cola y fue el ilustrador de la compañía durante más de 30 años, hasta 1964.
Durante todos estos años la popularidad de Santa no dejaba de crecer y los fans estaban atentos hasta en el más mínimo detalle. Un año apareció con el cinturón al revés (el modelo que utilizaba Haddon había muerto y el mismo se pintó mirándose en un espejo) y fueron miles las cartas que llegaron a la sede de Coca-cola. Otro año, olvidó colocarle el anillo y pasó exactamente lo mismo, con miles de cartas de fans a la sede en Atlanta.

El icono de Santa ya era imparable. Estaba en la mente de generaciones y generaciones de familias. ·Coca-cola no creo a Santa Claus, pero son los que le han ayudado a dar la vuelta al mundo·.
¿Por qué utilizo entonces Coca-Cola a Santa Claus como icono publicitario? La respuesta es muy sencilla. En mercadotecnia se conoce como marcadores somáticos.  Estos marcadores acumulados a base de experiencias pasadas, sirven para conectar una experiencia o emoción con una reacción específica necesaria. Santa Claus, ya era el icono de la Navidad familiar. y le daba a Coca-Cola justo lo que estaba buscando, el toque de tradición que tanto le gusta incluso actualmente. 

Una visita de San Nicolás
Fue la noche antes de Navidad, cuando toda la casa
Ni una criatura se movía, ni siquiera un ratón;
Las medias fueron colgadas por la chimenea con cuidado,
Con la esperanza de que San Nicolás pronto estaría allí;
Los niños estaban acurrucados en sus camas;
Mientras visiones de ciruelas azucaradas bailaban en sus cabezas;
Y mamá en su pañuelo y yo en mi gorra
Acababa de acomodar nuestros cerebros para una larga siesta de invierno,
Cuando en el césped surgió tal ruido,
Salté de mi cama para ver qué pasaba.
Lejos a la ventana volé como un rayo,
Abrí las persianas y vomité la faja.
La luna sobre el pecho de la nieve recién caída,
Dio un brillo de mediodía a los objetos de abajo,
Cuando apareció a mis ojos maravillados,
Pero un trineo en miniatura y ocho pequeños renos,
Con un pequeño y viejo conductor tan animado y rápido,
Supe en un momento que él debe ser St. Nick.
Más rápidos que las águilas que venían sus corredores,
Y él silbó, gritó y los llamó por su nombre:
"¡Ahora, Dasher ! ¡Ahora, Dancer ! ¡Ahora Prancer y Vixen !
¡En, cometa ! en, Cupido ! ¡ Donner y Blitzen !
¡A la cima del porche! a la cima de la pared!
Ahora corre lejos! correr lejos! ¡Apártate todo! "
Como deja eso antes de que el huracán salvaje vuele,
Cuando se encuentran con un obstáculo, suben al cielo;
Entonces, hasta la cima de la casa, los corredores volaron
Con el trineo lleno de juguetes, y también San Nicolás ...
Y luego, en un abrir y cerrar de ojos, escuché en el techo
El salto y el zarpazo de cada pequeño casco.
Mientras dibujaba en mi cabeza y me daba la vuelta,
Por la chimenea, San Nicolás llegó con un salto.
Estaba vestido todo de pieles, desde la cabeza hasta los pies,
Y su ropa estaba manchada de cenizas y hollín;
Un paquete de juguetes que le había echado a la espalda,
Y parecía un vendedor ambulante que solo abría su mochila.
Sus ojos, ¡cómo brillaban! sus hoyuelos, ¡qué feliz!
¡Sus mejillas eran como rosas, su nariz como una cereza!
Su pequeña boca chillona estaba dibujada como un arco,
Y la barba de su barbilla era tan blanca como la nieve;
El muñón de una tubería que sostenía con fuerza entre los dientes,
Y el humo, le rodeaba la cabeza como una corona de flores;
Tenía una cara ancha y un vientre pequeño y redondo.
Eso se sacudió cuando se rió, como un cuenco lleno de gelatina.
Era gordito y regordete, un elfo viejo y alegre,
Y me reí cuando lo vi, a pesar de mí mismo;
Un guiño de ojo y un giro de cabeza.
Pronto me hizo saber que no tenía nada que temer;
No dijo una palabra, pero fue directamente a su trabajo,
Y llenó todas las medias; luego se volvió con un tirón,
Y poniendo su dedo a un lado de su nariz,
Y asintiendo, subió por la chimenea y se levantó;
Saltó a su trineo, a su equipo dio un silbido,
Y lejos, todos volaron como un cardo.
Pero lo escuché exclamar, antes de que se fuera de la vista.
"¡Feliz Navidad a todos y buenas noches a todos!"



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